Agradecemos a BCI Seguros (Chile) por la invitación a presentar algunas de estas ideas en su Convención de Líderes 2025.
Probablemente te cansa escuchar la palabra “liderazgo”. Es comprensible: más de 42.000 libros en Goodreads, miles de papers académicos, innumerables cursos y diplomados... El uso del concepto ha crecido durante el último siglo hasta volverse inflacionario.
Es difícil no sentir rechazo ante tantos videos, libros y cursos sobre liderazgo. Si me preguntas “honestamente, ¿cuánto te han ayudado a liderar mejor?”, tendré que reconocerlo: "no tanto".
📚 ¿Hay algo fraudulento en esos libros?
Llamamos fraude a la “acción deliberada de engañar, manipular o falsificar con la intención de obtener un beneficio ilegítimo”. Pues bien, estos libros obtienen un alto beneficio ofreciendo algo que, en general, no pueden cumplir: volvernos mejores líderes.
Tomemos como ejemplo el best seller Las 21 leyes irrefutables del liderazgo. Síguelas y te seguirán a ti, de John C. Maxwell (1998). El libro promete algo que ni la física más avanzada se atrevería a proclamar: haber descubierto un número exacto de leyes irrefutables. Y, además, asegura que, si sigues estas leyes, otros te seguirán a ti. ¿No suena al típico esquema piramidal de los gurús del enriquecimiento?
🤔 ¿Por qué es imposible que cumplan lo que prometen?
1. Porque son generalistas: Ofrecen recetas (es decir, soluciones técnicas) y además, recetas universales. Como si las mismas reglas aplicaran para startups y bancos; como si el mismo estilo de liderazgo funcionara durante una crisis y un período de innovación…
2. Porque tienen un foco cognitivo: Confunden conocimiento (saber sobre algo) con transformación pragmática real (saber hacer algo regularmente). Al ofrecer información, generan la célebre "ilusión de competencia". Pero, en definitiva, es como pretender que alguien se vuelva buena persona por tomar un curso de ética o buen pianista por leer sobre Chopin.
3. Porque son poco realistas: Ofrecen fórmulas que solo funcionarían en un mundo ideal. A menudo son relatos moralizantes con una lista de virtudes (autenticidad, empatía, carisma) que suenan bien, pero no capturan los problemas reales. En la práctica, liderar implica navegar trade-offs complejos: despedir a personas valiosas por restricciones presupuestarias, comunicar malas noticias a stakeholders, tomar decisiones con información incompleta y presión temporal, movilizar a equipos que están cómodos... Para ello, se necesitan competencias mucho menos glamorosas e ideales que las propuestas en estos libros.
💡 ¿Cómo hacemos sentido de un concepto tan saturado?
¿Cómo desarrollamos habilidades asociadas a desafíos reales de liderazgo de un modo accionable en nuestro día a día? Está claro que, para ello, necesitamos estar en una conversación mucho más concreta, aplicada y realista.
En las próximas publicaciones de Insights te proponemos tres conversaciones que pueden ayudar en ese sentido:
- La primera distinguirá qué parte de lo que hacemos con nuestros equipos está dedicada a administrar, y cómo se diferencia eso de cuando propiamente lideramos.
- La segunda mostrará que liderar es mucho más arriesgado que administrar. Por eso, muchas veces lo evitamos y nos mantenemos (muy ocupados) en la administración.
- La tercera presentará herramientas para incorporar prácticas de liderazgo en tu día a día. No te preocupes, no serán recetas, sino indicaciones concretas, realistas y fáciles de aplicar a tu contexto específico.
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> En el próximo Insights distinguiremos cuándo lideramos versus cuándo administramos. La diferencia es más reveladora de lo que imaginas.
> ¿Quieres cultivar herramientas concretas, aplicables y realistas? En Rebelius Academy desarrollamos métodos prácticos para desarrollar liderazgo real en tu contexto específico.