Uno de los desafíos que observamos enfrentan los equipos es lograr un balance entre continuidad y cambio:
- La continuidad permite mantener procesos estables; sin continuidad la operación se vuelve un caos y en general disminuye la eficiencia
- El cambio es necesario para adaptarse a nuevos contextos; sin cambios la organización se estanca y en general no innova
En este artículo exploraremos un fenómeno llamado habituación que influencia la forma en la que navegamos entre la continuidad y el cambio, a nivel personal y organizacional, aunque no seamos conscientes de su existencia. Entender la forma en la que opera la habituación permite observar elementos positivos del día a día que dejamos de notar y sensibilizarnos a elementos negativos a los que nos acostumbramos.
🧠 Cuando nos acostumbramos a aquello que siempre está ahí
¿Te ha pasado que después de un rato dejas de escuchar un ruido que inicialmente era molesto? Es como que tu cerebro lo silencia y luego de eso, ya no piensas conscientemente en ese ruido, dejas de percibirlo y operas como si no existiera. El ruido pasa a ser parte de un trasfondo inconsciente. Esta dinámica se denomina “habituación” y no solo nos pasa a nivel de sonidos, sino que en nuestro trabajo, en nuestras relaciones e incluso en los comportamientos deshonestos o poco éticos.
La habituación es cuando “nos acostumbramos a algo” e influye en múltiples casos:
- Un trabajo desafiante el lunes, se vuelve aburrido el viernes
- Una relación “pierde su chispa” después de un tiempo
- Nos acostumbramos al aire contaminado, hasta que visitamos una ciudad sin smog
- Consideremos “normal” que reuniones partan y terminen tarde
- Damos por sentado el trabajo de algunas personas (hasta que algo falla)
- Reportes de proyectos dejan de tener efecto y se vuelven un correo más
Distintos autores profundizan en cómo nos familiarizamos a los gestos de nuestra pareja, a problemas del trabajo, incluso a la presencia de algunas personas en nuestra vida.
👁️ Entonces ¿Qué es la habituación?
En términos académicos la habituación es una forma de aprendizaje no asociativo caracterizado por una disminución de la respuesta conductual (psicológica o emocional) ante un estímulo repetido o prolongado. Es un proceso en el cual un organismo se acostumbra a un estímulo.
Biológicamente, la amígdala (que es el centro emocional del cerebro) muestra una respuesta disminuida con el tiempo ante estímulos a los que nos hemos habituado. En términos prácticos, nos habituamos cuando “nos acostumbramos a algo” y nuestro cerebro aprende a ignorar lo que considera irrelevante.
🗡️ La habituación es como un arma de doble filo
En el libro Look Again, Tali Sharot y Cass Sunstein sostienen que la habituación es un mecanismo evolutivo que nos permite acostumbrarnos a nuestro entorno, para enfocarnos en lo nuevo.
En el lado positivo, la habituación...
- Nos facilita el poner foco (y en el extremo sobrevivir). Nos ayuda a “filtrar el ruido” para que podamos concentrarnos en lo que importa. Si constantemente nos distrajera la sensación de la ropa en la piel o el zumbido del refrigerador, sería difícil concentrarnos
- Nos genera un ánimo de mejorar. Habituarnos a nuestros roles en el trabajo nos genera un ánimo de querer superarnos. Si permaneciéramos siempre motivados, no tendríamos incentivo a buscar nuevos desafíos
- Nos ayuda a regular la salud mental. Las personas que tardan más tiempo en habituarse a experiencias negativas, tienen mayor prevalencia de síntomas depresivos, pues les cuesta más tiempo olvidar eventos negativos (y “dar vuelta la página”)
En el lado negativo, la habituación...
- Nos hace dar por sentado cosas buenas, como algunas relaciones, hobbies, experiencias y trabajos. Las cosas que antes nos parecían emocionantes y nuevas simplemente se “vuelven parte del paisaje”. La novedad desaparece y nos habituamos
- Nos insensibiliza ante situaciones complejas. Nos habituamos a los elementos complicados que nos rodean, “los normalizamos”, dejando de ver oportunidades
- Nos desensibiliza a situaciones negativas. Nos adaptamos incluso a cosas que no son buenas para nosotros; a veces nos atrapan las rutinas o situaciones que realmente no nos benefician
Estudios han demostrado que nos habituamos a nuestros comportamientos poco éticos. El paper “the brain adapts to dishonesty” de Neil Garret, muestra que a medida que las personas realizan más actos deshonestos, sus cerebros se adaptan. La amígdala, que normalmente se altera cuando hacemos algo “incorrecto”, se vuelve menos reactiva y en consecuencia la tolerancia a la deshonestidad aumenta. Es como si nuestros cerebros nos estuvieran dando un “free pass” para ser deshonestos. Esta habituación emocional, hace que la deshonestidad escale de forma rápida.
⚖️ La clave está en el equilibrio habituación vs. sensibilización
¿Cómo podemos volver a apreciar las cosas positivas que dejamos de ver? ¿Cómo no ignorar las cosas malas cuando deberíamos estar actuando sobre ellas? ¿Cómo “volver a ver lo que siempre ha estado ahí, pero se hizo invisible”?
La teoría del proceso dual de habituación, propuesta por Groves y Thompson en 1970, explica las respuestas conductuales a través de la interacción de dos procesos distintos en el sistema nervioso central: habituación y sensibilización. La fuerza relativa de uno sobre el otro determina lo que se observa a nivel de comportamiento. La habituación debilita la intensidad de un estímulo repetido con el tiempo de manera subconsciente. Como resultado, una persona prestará menos atención consciente al estímulo con el tiempo. Por el contrario, la sensibilización fortalece subconscientemente un estímulo con el tiempo, otorgándole más atención consciente. En esta teoría, aunque estos dos sistemas operan de forma consciente, interactúan para ayudar a las personas a comprender su entorno fortaleciendo algunos estímulos y disminuyendo otros.
Algunas prácticas sugeridas que considerar:
1. Break up the good (Tomar una pausa): Interrumpir una experiencia de forma consciente puede hacernos disfrutarla más.
Cuando experimentamos algo positivo de manera continua, nuestros sentidos se ajustan y nuestra experiencia se estabiliza, por lo que nos deja de generar “beneficios”. Pero una pausa reinicia ese proceso. Alejarse de algo bueno nos hace apreciarlo más. Lo contrario ocurre con las experiencias negativas. Interrumpir una experiencia negativa puede hacerla sentir aún más intensa cuando regresas a ella.
2. Shake it up (hacer pequeños cambios): Intencionar nuevas experiencias y cambios en las dinámicas rutinarias nos ayudan a ganar sensibilidad.
Por ejemplo, iniciar nuevos proyectos, mezclar distintos equipos, cambiar el lugar desde donde trabajas, incluso algo tan simple como tomar una reunión de pie mientras ayuda a anular el efecto de la habituación. Incluso la anticipación de que generarás un cambio ayuda a deshabituarnos; estudios muestran que cuando sabemos que vendrán cambios, nuestros cerebros se vuelven más receptivos a la novedad. Es como si estuviéramos preparándonos para una nueva perspectiva.
3. Nip it in the bud (cortar de forma rápida): Detener los comportamientos deshonestos en una etapa temprana antes de que escale o empeore. Cuando se trata de situaciones negativas o poco éticas, la sugerencia de la investigación también es clara: lo que hace una diferencia es interrumpir el comportamiento poco ético en sus inicios antes de que se intensifique. Los pequeños actos de deshonestidad, rápidamente pueden normalizarse y poner en riesgo el futuro de la organización.
💡 Take-away: ¿La Conclusión Rebel?
En simple, la habituación es nuestro cerebro en piloto automático que nos genera una sensación de comodidad, pero en el extremo también podría producir estancamiento. Al investigar sobre este fenómeno, nos encontramos con 3 ideas que vemos relevantes para personas en posiciones de liderzgo:
1. La habituación tiene un rol en la generación del trasfondo de obviedad
A medida que los líderes trabajan con sus equipos, surge un trasfondo de entendimiento tácito. Este trasfondo, compuesto por supuestos y expectativas compartidas, se enriquece progresivamente al compartir instancias de trabajo, sin necesidad de articulaciones explícitas. En su obra "The Social Construction of Reality" ,Berger y Luckmann analizan cómo este "trasfondo de obviedad" se forma a través de la habituación en un proceso que transforma las acciones repetitivas en patrones considerados obvios, que finalmente se institucionalizan. En el backstage de nuestro trabajo diario la habituación tiene un rol generativo de ese trasfondo invisible, que nos permite mejorar el entendimiento mutuo y la coordinación.
La habituación tiene un rol en el despliegue de la creatividad
Para los académicos, la creatividad no se trata solo de generar nuevas ideas, sino de resistir la habituación a las ideas antiguas. Investigaciones sugieren que las personas altamente creativas tienden a resistirse más lentamente a las formas de operar existentes. Esto se debe a que perciben detalles que otros podrían ignorar, ya que sus mentes aún no los han descartado como irrelevantes. Resisten al impulso automático del cerebro de aceptar lo familiar con un simple "esto ya lo conozco, está bien así". Esta resistencia a la habituación permite a las personas más creativas establecer conexiones únicas, mirando el pasado con una perspectiva diferente. Las personas creativas son como “rebeldes de la habituación”.
La habituación puede actuar como GPS para los equipos de liderazgo
Creemos que uno de los desafíos para un CEO y su equipo, es reconocer lo que todavía funciona eficazmente y, al mismo tiempo, estar alertas a los procesos y prácticas que se están volviendo obsoletos. La habituación juega un papel dual en este contexto. Por un lado, previene que nos sintamos abrumados por cada nueva pieza de información, permitiéndonos procesar la realidad diaria sin saturación. Esta capacidad de adaptación permite a los equipos concentrarse mejor y operar de manera eficiente en su entorno habitual. Sin embargo, una dependencia excesiva de la habituación puede también cegar al equipo ante oportunidades de innovación y mejoras necesarias. Tomar consciencia tanto de los elementos positivos que se están dando por sentados en la organización ,como los negativos que se dejaron de ver, es un primer paso para hacer un upgrade a la cultura de la organización.
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Lo paradójico es que la mayoría de las organizaciones, buscan un estado estable y predecible. Pero predecible podría llegar a ser lo mismo que invisible y dejar de ser visto.
Porque siempre podemos volver a mirar lo que ya ha estado ahí.
Gracias por leernos.
Sebastián Balmaceda - Fernando Brierley
💬 Preguntas para reflexionar
- ¿Qué aspectos positivos de la cultura de mi empresa no estamos viendo? ¿Cómo volver a sensibilizarnos?
- ¿A qué elementos negativos de nuestra empresa nos acostumbramos, pero deberíamos erradicar?
- A nivel personal, ¿Qué espacios, personas, relaciones o situaciones estoy dando por sentadas, dónde podría actuar distinto?
📕 Recomendaciones
✅ TED: Habituation, the Enemy of Innovation
✅ Paper: Habituation Revisited
✅ Libro: Look Again, The Power of Noticing What Was Always There