El liderazgo kitsch: una patología de la gestión
El liderazgo kitsch es una patología de la gestión: la tendencia a preferir la apariencia agradable sobre la verdad incómoda.
El liderazgo kitsch es una patología de la gestión: la tendencia a preferir la apariencia agradable sobre la verdad incómoda.
Liderar es cambiar la conversación: detectar fallas, imaginar un mejor futuro y asumir riesgos para lograrlo, incluso contra resistencias.
Innovar y sostener no compiten: se necesitan para que el progreso sea real. Sin mantenimiento, procesos y equipos que cuiden lo construido, lo nuevo se derrumba.
La técnica resuelve problemas, pero liderar implica decidir qué es mejor. Y eso requiere virtud.
Maquiavelo nos recuerda que liderar no es ser virtuoso, sino actuar con realismo para asegurar la prosperidad de la organización.
Un equipo estancado tiene un problema sistémico, pues ha incorporado una dinámica de trabajo que está calibrada para generar ese estancamiento.