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Insights en 1 párrafo: En el siguiente artículo, exploramos cómo decidir en contextos de incertidumbre es menos un intento de alcanzar certezas que una apuesta por nuestra capacidad de navegar el futuro. Que no decidir, también es una decisión. Y que tener información completa es una ilusión.
La toma de decisiones paraliza a muchos líderes. El sentido común es que las decisiones importantes requieren más tiempo, más datos y más consenso. Pero esta búsqueda de claridad absoluta es precisamente lo que impide decidir.
🧐 ¿Qué no vemos cuando decidimos?
- Que toda decisión es una “apuesta”. No es que elijamos entre una opción correcta vs. incorrecta, sino que apostamos por una versión del futuro. El status quo también es una decisión: cada día que no decides, apuestas por mantener las cosas como están.
- Que más información no siempre es mejor. Existe un punto donde buscar más datos cuesta más tiempo de lo que vale. El valor de información adicional frecuentemente es superado por el costo de esperar (la falacia de información completa).
- Que castigamos más la acción que la inacción. Somos evaluados con más rigor por errores de acción que por errores de inacción, lo que genera preferencia por el conservadurismo. Además, el miedo al arrepentimiento paraliza más que el miedo al fracaso.
🧑🎓 ¿Qué herramientas de la ciencia del comportamiento pueden ser útiles?
- Categorización de decisiones: Bezos distingue entre decisiones "one-way door" (irreversibles) que requieren análisis riguroso, y "two-way door" (reversibles) que deben tratarse como experimentos rápidos. La mayoría de decisiones son reversibles, pero las tratamos como permanentes.
- Contratos de Ulises: En la Odisea de Homero, Ulises anticipó su tentación de tirarse al mar cuando escuchara el canto de las sirenas, por lo que le ordenó a su tripulación que lo ataran al mástil. De manera similar, nuestro “yo de hoy” puede ser el responsable que le pone límites y ritmo a nuestro yo de mañana, estableciendo deadlines y diseñando sistemas y estructuras para no tener que decidir todo el tiempo.
- Contemplar el fracaso: Los estoicos anticipan la adversidad, no por pesimismo, sino para prepararse mejor. Especular sobre las posibles fuentes de fracaso de tu decisión revela vulnerabilidades que el optimismo natural oculta.
💡 ¿Cuál es nuestro takeaway?
- El proceso importa: Inconscientemente evaluamos la calidad de una decisión por su desenlace. Emprendiste y triunfaste = “Decisión brillante”; emprendiste y fracasaste = “Pésima decisión”. Pero esta lógica tiene una falacia: una decisión perfecta puede generar malos resultados por factores externos, y una decisión terrible puede funcionar por pura suerte. Porque si solo vemos el resultado final, caemos en dos trampas: la arrogancia cuando sobrestimamos nuestras competencias o la parálisis cuando nos volvemos muy aversos al riesgo.
- La velocidad mata a la perfección: Creemos que las decisiones efectivas no requieren información completa, sino información suficiente. El momento óptimo para decidir es cuando el costo de esperar por más datos supera el beneficio de saber más. Porque la decisión más costosa es la que nunca tomas.
- Decidir es apostar por ti: La decisión es, en última instancia, un acto de fe en nuestras propias competencias. Porque al decidir, apostamos por nuestra habilidad de saber navegar cualquier futuro que emerja.
Sebastián Balmaceda - Fernando Brierley
Equipo Rebelius
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