Con frecuencia escuchamos a CEOs que idolatran la innovación: la disrupción, lo nuevo, las grandes ideas, el momento eureka. Y con mucha razón, pues la tasa de innovación ha aumentado exponencialmente, mientras las grandes innovaciones han generado progreso y mucho valor. Es una buena historia. Pero no es la única historia.

Increasing Pace of Innovation (© Sandeep Muju, 2018).

Lo que nos llama la atención es cuando la obsesión con innovar hace pasar por alto un trabajo que es igual de importante: “sostener lo que ya ha sido creado”. En consecuencia, dar por sentado los esfuerzos de mantención y el trabajo de las personas responsables por sostener.

Mientras los equipos de innovación reciben alto reconocimiento y presupuestos generosos, los equipos responsables de sostener operan en las sombras: cuando algo falla, “es su culpa”, pero cuando todo funciona, nadie los ve. Fracaso público. Éxito invisible. La consecuencia de subestimar el trabajo de mantención son costos operativos entre un 7% y un 10% más altos por año. 

🔍 ¿Qué no vemos al obsesionarnos con la innovación? 

No vemos el trabajo de mantención de los equipos que sostienen.  

Vemos al CEO innovador posteando en LinkedIn. No vemos la arquitectura invisible de reuniones, reportes, el supply chain y back office que sustenta al negocio. 

Vemos el valor que genera un producto nuevo. No vemos el costo asociado a no realizar el trabajo de mantención: sistemas que nos hacen improductivos, equipos físicos mal mantenidos y tecnología obsoleta. 

Vemos la startup que levanta $50 millones. No vemos el tiempo que los equipos pasan manteniendo cosas que ya funcionan, optimizando código y corrigiendo errores. 

Los equipos que sostienen no aparecen en las portadas. Pero sin ellos, las portadas no existirían.

🕳️ ¿Cuál es la trampa en la que caemos? 

Subinvertir en el trabajo de “mantención”, argumentando que no es estratégico. 

Esto genera una dinámica contraproducente: se subinvierte en mantenimiento y los sistemas fallan; se sobreinvierte en soluciones de emergencia, aumenta la presión por innovar y se dedican aún menos recursos al mantenimiento. 

Este patrón es especialmente visible en:

  • Plantas industriales que posponen mantenimiento preventivo hasta que una falla mayor paraliza la producción entera, generando pérdidas millonarias.
  • Empresas con sistemas muy antiguos que acumulan deuda técnica subvencionada por trabajo manual de las personas hasta que refactorizar el código se vuelve más costoso que construir desde cero.
  • Organizaciones que ignoran la actualización de software y hardware hasta que la obsolescencia tecnológica amenaza su competitividad.

Los sistemas físicos, tecnológicos y humanos se degradan. Se descomponen, necesitan atención y recursos que los sostengan. Lo nuevo solo funciona cuando se construye sobre bases sólidas. Y las bases sólidas requieren cuidado.

📈 ¿Qué pueden hacer las personas en posición de liderazgo?

1. Reformular la promesa por sostener a nivel del C-Suite: La preocupación por el mantenimiento físico, tecnológico y humano requiere atención ejecutiva, no una función delegada o de segundo orden. Creemos que los líderes requieren poner en su agenda conversacional optimizar los procesos que permitan sostener.

2. Reconocer que se requiere un presupuesto dual-track: Separar la inversión en sostener (predecible y esencial) de la inversión en innovación (riesgosa y transformacional). Creemos que ambas requieren recursos dedicados y métricas específicas para medir su aporte.

3. Reconocer a los equipos que sostienen: Dejar de romantizar solo a los "disruptores" y recordar que hay personas que mantienen las “luces encendidas”, “el barco moviéndose”, “el código limpio” y es probable que lo lleven haciendo por años. 

💡 ¿Cuál es nuestra conclusión?

El trabajo de innovar y de sostener compiten por nuestra atención. 

Innovar es inventar nuevas promesas y aprender a cumplirlas. Sostener es asegurar un cumplimiento impecable y consistente. Innovar requiere especular formas de hacerse cargo de problemas recurrentes y costosos. Sostener demanda eliminar todo aquello que pueda impedir el cumplimiento de una promesa.

Si bien el problema más evidente es cuando tenemos el foco puesto únicamente en construir nuevas cosas mientras las bases se rompen por falta de mantención, creemos que el problema más grave es no reconocer que el mantenimiento efectivo requiere creatividad e innovación

No es que el sostener sea el enemigo de la innovación. 

Equipo Rebelius


Y si eres una de las personas que sostiene en tu empresa, en tu hogar o tu grupo… es decir, si tu trabajo es mantener, cuidar, preservar, queremos decir esto: tu trabajo es MUY necesario, es un trabajo duro y es la razón por la que todo lo demás es posible. No siempre es un trabajo celebrado. Pero siempre es un trabajo necesario. 

¡Muchas gracias! 

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