Insight en 1 párrafo: Liderar no es optimizar tareas, sino cambiar la conversación. Pasas de preocuparte por hacer más a preguntarte qué está fallando, qué sería mejor y qué riesgos asumirás para lograrlo. Liderar implica arriesgar tu posición y tu credibilidad, enfrentar resistencias y movilizar a tu equipo hacia un futuro incierto.

¿Cómo sé si estoy liderando?

En un escrito anterior distinguimos entre liderar y administrar. ¿Cómo puedes saber si estás liderando realmente? 

Una clave se encuentra en el tipo de conversaciones que tienes contigo y con tu equipo. Cuando lo que te preocupa es sacar adelante las tareas o incluso hacer más cosas —optimizar la reunión, mejorar el proceso, acelerar—, estás en el terreno de la administración. Esta función es indispensable y merece todo el reconocimiento que recibe.

Sin embargo, el liderazgo comienza cuando tu foco cambia hacia otro tipo de conversaciones.

🗣️ Conversaciones de liderazgo: tres preguntas clave

Las tres preguntas que siguen son un signo claro de que estás en modo “liderar”.

⚠️ Primera pregunta: ¿Qué está fallando?

Cuando detectas que hay algo en tu área que no te acaba de cuadrar, empiezas a preguntarte: ¿Qué se hace mal en esta empresa o industria? ¿Qué hacemos mal y está impactando? Y, sobre todo, ¿qué podríamos hacer diferente?

Esas preguntas denotan que estás empezando a visualizar qué podrían hacer como equipo que no han hecho todavía.

🏋️ Segunda pregunta: ¿Qué sería mejor?

Pero no basta con detectar algo mejorable. Es necesario que, además, te preguntes: ¿Qué me gustaría que pasara? ¿A qué futuro más auspicioso me gustaría apuntar?

Con este segundo tipo de preguntas vas más allá de identificar las fallas: visualizas lo deseable.

🎯 Tercera pregunta: ¿Qué riesgos voy a tomar?

Sin embargo, eso tampoco basta. Porque en las organizaciones no faltan las personas que dicen lo que falla y lo que podría mejorar. Los “comentadores” abundan; los liderazgos son más escasos.

Esto es así porque, para liderar, hay que tomarse en serio la tercera y fundamental pregunta: ¿Qué voy a hacer al respecto? ¿Qué riesgos voy a tomar para que ese futuro pase?

Las personas en posiciones de liderazgo a menudo intentan hacer cambios sin asumir riesgos. Su pregunta suele ser más bien “¿quiero asumir los riesgos necesarios para hacer este cambio?” O incluso, “¿cómo logro que otra persona asuma el riesgo?”

Pero asumirlos es inevitable. Cuando intentas movilizar hacia algo incierto, pones en juego tu credibilidad, tu posición y tus relaciones. Si algo falla, el costo es tuyo. Por ese motivo, necesitas ser políticamente inteligente: elegir bien con quién, cuándo y cómo realizar esos cambios.

Liderar es movilizar más allá de la comodidad y el miedo

⚡ Quien lidera, arriesga

En ese sentido, administrar es más fácil. Además de ser muy necesario, es mucho más cómodo: ya sabes cómo hacerlo y el equipo está acostumbrado. ¿Para qué arriesgar si este trabajo se me reconoce (y mi bono está en juego)?

Todo el mundo celebra el liderazgo, pero cuando lideramos nos ponemos en juego. Por eso, no faltarán las voces (incluso la tuya propia) que intenten disuadirte: “¿Quién te manda? ¿Para qué complicarte? Ya estamos bien así”.

Cuando te propones liderar, topas con fuerzas que se niegan a modificar lo habitual. Porque lo habitual es conocido, implica menos esfuerzo y el riesgo es infinitamente menor. No importa si las cosas van mal: hay quien prefiere chocarse contra el iceberg que cambiar el rumbo. En culturas cuyo estado de ánimo dominante es el miedo al error y a la represalia… ¿Para qué arriesgar?

Por eso, un signo inequívoco de que lideras es que empiezas a luchar contra resistencias, tanto interiores como del entorno.

Es imposible evitar los riesgos

> En el próximo Insights veremos qué habilidades son centrales para liderar en esta Era de la IA.

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